sábado, 1 de diciembre de 2007

SuPeR PoLlO LlEgA PoR AhOrA a sU FiN...



Finalmente, podemos agregar que las polladas son una especie de contraprestación a futuro. En este tipo de actividades se espera la presencia de la relación de reciprocidad entre el organizador y el consumidor. Debido a que la venta de este plato se controla por lo general en una cartulina, ya que cada persona a la cual se repartió la tarjeta tiene un número, es muy fácil saber quién colaboró y quién no. De esto, podemos agregar que difícilmente se apoye a alguien que, en su determinado momento, no mostró su apoyo al organizador.
El pollo vendría a ser la muestra de que las personas que están organizando dicha actividad, o la familia, ofrecen un producto de consumo a cambio de la ayuda a una persona. En otras palabras, la ayuda no es una obra de caridad, sino que se transforma en una fiesta, en la cual los asistentes son bien agradecidos por haber colaborado. La recaudación de fondos en una pollada va mucho más allá del simple plan lucrativo. Se podría decir que la pollada es un rito, en el cual los necesitados de ayuda y los colaboradores disfrutan el hecho de estar solucionando un problema económico. Demuestran su alegría y su goce en la realización de una fiesta que convoca a la euforia y a la diversión.
En conclusión, se puede observar la transición de las polladas de tipo comunal a la de un tipo un poco más particular. Relacionaríamos esta situación con el desarrollo del lugar en el cual se da la pollada, pues mientras más necesidades desatendidas presente la comunidad, se dará en mayor medida las polladas, o cualquier otro tipo de actividad, con fines comunales.

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